Tomado de Tribuna Popular

2 de marzo, 2016

El 5 de marzo de 1931 nació el destacamento de vanguardia de la clase obrera venezolana

Por: Diego Peñalver. Especial para TP

Durante 1928, los estudiantes presos políticos –Pío Tamayo, Alberto Ravell, Juan Montes y otros–, en el Castillo Libertador de Puerto Cabello, inician las primeras charlas de marxismo a muchos de los estudiantes de la «Generación del 28», como Rodolfo Quintero, Francisco José Delgado, Fernando Key Sánchez, Miguel Acosta Saignes, Víctor García Maldonado, Raúl Osorio, Miguel Otero Silva, Juan Bautista Fuenmayor, entre otros. Puestos en libertad en noviembre de 1929 crean los primeros núcleos que formarían en poco tiempo la primera célula del PCV.
Se crean dos grupos separados de comunistas clandestinos: uno liderado por Juan Bautista Fuenmayor, alias “Maracucho”, Francisco José Delgado, alias “Kotepa”, y Rodolfo Quintero, alias “Gordo”; el segundo era liderado por Raúl Osorio, alias “Ramiro”, y Víctor García Maldonado, alias “Vicente”, conocido este grupo posteriormente como “El Pomposo”.
Los seudónimos se debían a las duras condiciones de la más estricta clandestinidad, producto del Inciso VI de la Constitución vigente durante la dictadura de Juan Vicente Gómez (1908-1935), que prohibía la ideología y actividades comunistas.
Ambos grupos emprenden acciones no coordinadas durante el año 1930. El grupo de “Maracucho”, “Kotepa” y “Gordo” acompañó, organizó y/o liderizó huelgas entre los trabajadores tranviarios y telegrafistas. Además de la agitación política con volantes antigomecistas durante las jornadas de conmemoración del centenario de la muerte de Simón Bolívar y la edición de un cuadernillo titulado: «25 Lecciones Obreras».

Nace el PCV
Mientras el grupo de “Ramiro” y “Vicente” (El Pomposo) forman el primer círculo de teoría marxista, tienen contacto con distintos grupos de obreros y editan un folleto llamado: «Lo que debe saber todo obrero»; tienen el mérito, asimismo, de ser los primeros en trazarse la necesidad de organizar la creación de un Partido Comunista en Venezuela.
En enero de 1931, Aurelio Fortoul, alias “Andrés Collins”, antiguo militante de la fracción comunista del Partido Revolucionario Venezolano (PRV) y militante del Partido Comunista Francés (PCF), regresó a Venezuela por instrucción del Buró del Caribe de la Internacional Comunista (Comintern) y de los grupos extranjeros de comunistas venezolanos para tomar parte en la fundación del PCV. Al poco tiempo entra en contacto con los militantes de “El Pomposo” y el 5 de marzo de ese año se constituye en Caracas la primera célula del Partido Comunista de Venezuela, con seis miembros (cuatro obreros y dos estudiantes), marcando el nacimiento del destacamento de vanguardia de la clase obrera venezolana.
La primera Célula se orienta al reclutamiento de nuevos cuadros y se traza como tarea la formación de nuevas Células. En abril de ese año 1931, se constituyen las primeras Células barriales, las cuales se plantean la creación de Células en empresas y fábricas: al lograr este objetivo, al poco tiempo, se cumplía el precepto biológico en política de la multiplicación celular.
Para mediados de mayo llega a Venezuela, proveniente de Colombia y también enviado por el Buró del Caribe del Comintern, Joseph Zack Kornfeder, alias “John Sacks”, un eslovaco-estadounidense militante del Partido Comunista de Estados Unidos de América (CPUSA, por sus siglas en inglés), quien entró en contacto con “Maracucho” y “Kotepa”, son los últimos en ingresar al PCV.
“John Sacks” con la ayuda del Partido Comunista Colombiano (PCC) ingresa clandestinamente el Primer Manifiesto del Partido ya impreso, con fecha del 1º de Mayo, además de carnets de afiliados, fichas de inscripción y sellos con las identificaciones del Comité Central Provisional del PCV. Tenía como tarea estudiar la situación organizativa del PCV y dictar una serie de cursos de capacitación para los mejores cuadros del Partido.
Los cursos eran organizados en la oficina de Aurelio Fortoul, el cual ya estaba siendo seguido y vigilado por la policía secreta del régimen gomecista por sus actividades revolucionarias en el exterior. Las clases se dictaban de día y de noche; ahí se organiza el primer Comité Central Provisional (CCP) con 10 miembros. En ese momento, ya sumaban alrededor de más de medio centenar de militantes.

Superando adversidades
La noche del 29 de mayo de 1931, a raíz de una delación por parte de un traidor, es asaltada la oficina de Fortoul llevándose secuestrados a 9 camaradas quienes en su mayoría eran miembros del CCP, incluyendo a “John Sacks” quien extrañamente sería liberado al poco tiempo por intercesión de la Embajada estadounidense.
Es de acotar que Joseph Kornfeder sería expulsado en 1934 del CPUSA por vínculos con el trotskismo y el Buró Federal de Investigación (FBI) de EEUU; y más tarde trabajó en la comisión del Senado norteamericano encabezada por el reconocido anticomunista Joseph McCarthy.
A este golpe contra la reciente Dirección del PCV, en mayo del 31, le siguió el asalto al “escondite” donde se encontraban otros camaradas, lo que significó la casi total desarticulación del incipiente PCV.
Los camaradas que se salvaron de la brutal represión y del encarcelamiento, desde mediados de junio de 1931, asumen heroicamente la responsabilidad de reorganizar el Partido y se constituye un Comité Central Interino (CCI), recayendo principalmente esa tarea en Fernando Key Sánchez, alias “Vila”, Rodolfo Quintero, alias “Gordo”, y en José Antonio Mayobre, alias “Marín” (este último también sería traidor a las ideas comunistas años después).
Logran reagrupar a 18 camaradas y con ellos organizan tres grupos gremiales: zapateros, panaderos y tranviarios-electricistas; en los siguientes meses se realizan trabajos de organización del Partido en diferentes ciudades. “Gordo” viaja a Maracaibo y “Marín” a Cumaná, mientras “Vila” se queda en Caracas.
Ya para septiembre-octubre pasan de 70 afiliados, se crea la Liga Pro-Presos constituida exclusivamente por mujeres y la organización ilegal Federación de Estudiantes Progresistas (FEP).
Pese a la brutal vigilancia y represión, en noviembre-diciembre se logra seguir el trabajo sindical, sobre todo entre las sociedades de panaderos y tranviarios, y se inicia la reorganización de la de zapateros.
Así fue el año 1931 para los comunistas venezolanos, conscientes del costo de lo que significaba la formación de un Partido Comunista durante la sanguinaria tiranía gomecista, pero lo hicieron sabiendo la importancia, la necesidad y la trascendencia de sacrificarlo todo por una obra que durante 85 años ha significado un baluarte de lucha y defensa de los intereses del pueblo venezolano, por la liberación nacional y por el derrocamiento del capitalismo, para construir el futuro luminoso de la sociedad: el Socialismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario